Todo empezó en diciembre de 2016, cuando los dos estábamos trabajando como instructores de esquí en Winter Park, un centro de esquí local de Colorado, USA. Él, chileno; yo, argentina. Entre clases, nevadas y alguna que otra caída (no vamos a decir de quién), nos conocimos.

Después vinieron casi cuatro años a distancia: más de 40 vuelos, miles de videollamadas y una pandemia para ponerle más emoción a la historia. Pero acá estamos, después de tantos kilómetros, listos para seguir sumando capítulos juntos.